sábado, 30 de mayo de 2009

FELIZ PENTECOSTES



Hechos 2:1-21
1.Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2.De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.
3.Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
4.quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5.Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.
6.Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia lengua.
7.Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando?
8.Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa?
9.Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia,
10.Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene, forasteros romanos,
11.judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»
12.Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?»
13.Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»
14.Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras:
15.No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día,
16.sino que es lo que dijo el profeta:
17.Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.
18.Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.
19.Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra.
20.El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.
21.Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.

FUENTE:La Santa Biblia

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